Viernes 27 de dicembre - El atardecer más lindo del mundo
Hoy finalizamos las Cinque Terre con los dos pueblos que nos faltaban, Monterosso y Vernazza.
En Monterosso, empezamos a caminar por un senderito que parecía fácil (ya nos habían dicho que toda la zona era de trekking, pero que no le encaráramos a ninguno porque no llevábamos ni el calzado ni la ropa ni nada adecuado para esa actividad), pero el caminito seguía subiendo, y subiendo, y subiendo, hasta que nos cansamos, paramos a almorzar los sanguchitos que habíamos llevado y pegamos la vuelta.
Cuando bajamos descubrimos que era justamente el sendero más difícil de toda Cinque Terre, ¡chan! Pero nos desquitamos en Vernazza, creo que el más lindo de los cinco pueblitos, a la tarde Francisco se puso en calzones (¡maldita inocencia infantil, cómo lo envidié!) y se metió en las aguas del Tirreno.
Y más tarde, encontramos una terracita con dos bancos, de la cual nos adueñamos y disfrutamos el atardecer más lindo de todo el viaje. Compramos un par de botellas de vino de la zona, prendimos un toscano y pasaron las dos horas más gloriosas de toda Italia.
En Monterosso, empezamos a caminar por un senderito que parecía fácil (ya nos habían dicho que toda la zona era de trekking, pero que no le encaráramos a ninguno porque no llevábamos ni el calzado ni la ropa ni nada adecuado para esa actividad), pero el caminito seguía subiendo, y subiendo, y subiendo, hasta que nos cansamos, paramos a almorzar los sanguchitos que habíamos llevado y pegamos la vuelta.
Y más tarde, encontramos una terracita con dos bancos, de la cual nos adueñamos y disfrutamos el atardecer más lindo de todo el viaje. Compramos un par de botellas de vino de la zona, prendimos un toscano y pasaron las dos horas más gloriosas de toda Italia.
Comentarios
Publicar un comentario