Domingo 29 de diciembre - Los panzerottis, los panzerottis!
Esta vez no nos
levantamos tan temprano, remoloneamos un poco en la cama, y salimos a caminar,
primero por el Quadrilatero d´Oro, que seh, no está mal, un montón de negocios
de moda todos cerrados, me imagino que un día menos festivo se pondrá con más
onda. Pasamos por la plaza de La Scala, o sea, la famosa Scala de Milán,
comimos los famosos “panzerotti” en Panzerotti Luini, que realmente son dignos
de su fama y seguimos caminando.
Pasamos por el Jardín
del Castillo Sforzesco y por el mismo castillo, vimos de afuera el mirador del
Parque Sempione.
Y a las cuatro de la tarde estábamos para entrar a la mayor
atracción que tiene Milán, la “Última cena” de Miguel Ángel en la Iglesia de
Santa Maria delle Grazie.
La verdad, si el
viaje terminase en este momento, ver esta obra hubiera sido la frutilla del
postre, es impresionante, por tamaño, técnica, preciosismo, historia, todo. Por
algo no te dejen estar más de quince minutos y las entradas se agotan seis
meses antes.
A la salida
pasamos por las Columnas de San Lorenzo, comimos medio de parados en un Foo
unos dumplings riquísimos (aunque Naty no dijo lo mismo, jeh) y nosotros tres
seguimos camino hacia el barrio Navigli, mientras que Pablo y Naty se volvieron
para el hotel.
Nosotros llegamos
a los canales de Milán, una de las zonas más alternativas y divertidas de la
ciudad, especialmente por la noche, que se llena de luces, gente y ofertas
gastronómicas. Pasamos por el Callejón de las Lavanderas y la Iglesia San
Cristóforo y terminamos cenando en uno de los tantos bares que ofrecen un
aperitivo con buffet libre por 10 euros.
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